Redacción
París, Francia
Novak Djokovic dejó en claro durante años que este era su objetivo. Lo que más le motivaba. Lo que le inspiraba. Los títulos más importantes en las mayores citas del tenis eran su meta y ahora finalmente queda en soledad — por delante de Rafael Nadal, por delante de Roger Federer, por delantero de todo hombre que tomado una raqueta.
Si Djokovic esperó por tanto tiempo para apoderarse del récord, pues tranquilamente podía esperar la media hora que le tomó entrar en calor en la final del Abierto de Francia. Y así, tras un tambaleante comienzo en un domingo de amenazantes nubes grises, acabó imponiendo su voluntad. Casper Ruud, su rival en la cancha Philippe Chatrier, no tuvo manera de responder tras ello.
Djokovic conquistó su 23er título de Grand Slam para quedar como el dueño absoluto del récord en el tenis masculino tras derrotar 7-6 (1), 6-3, 7-5 a Ruud en el duelo por el campeonato de Roland Garros.
El astro serbio de 36 años rompió el récord que compartía con Rafael Nadal en cuanto a la mayor cantidad de títulos individuales en la historia del tenis masculino, la cual se remonta a los años 1800.
Nadal, campeón del Abierto de Francia en 14 ocasiones, se perdió la edición de este año debido a una lesión.
Djokovic atrapó su tercer trofeo en la arcilla de París. Sus otros títulos aquí fueron ganados en 2016 y 2021, con lo que se convierte en el único hombre que ha obtenido al menos tres cetro de cada una de las cuatro grandes citas.
Desde que levantó su primer trofeo de Grand Slam en el Abierto de Australia de 2008, Djokovic ha acumulado 10 en Melbourne, siete en Wimbledon y tres en el Abierto de Estados Unidos.
“Un Grand Slam es un Grand Slam, los cuatro grandes de nuestro deportes, el tenis. Todo jugador sueña estar en este escenario y ganar el trofeo al menos una vez en su carrera. Soy sobradamente afortunado de haberlo hecho 23 veces en mi vida”, dijo Djokovic, luciendo una chaqueta roja estampada con ese número especial en el pecho. “Es una sensación increíble”.
“Sabía que previo al torneo, previo a este partido, que había historia en juego, pero trato de concentrar mi atención en prepararme de la mejor manera posible para ganar cualquier partido”, añadió. “Desde luego que mentiría que no pensaba en la línea de meta que estaba justo ahí, y que necesitaba un partido más para ganar un trofeo histórico”.
Tome apunte a otra cosa: Djokovic vuelve a ponerse a mitad de camino para completar un Grand Slam en el año calendario — llevarse los cuatro grandes en una misma temporada. Se trata de algo que ningún hombre ha conseguido desde Rod Laver en 1969. Djokovic estuvo a tiro de lograr esa gesta en 2021, cuando se proclamó campeón de Australia, Roland Garros y Wimbledon y alcanzó el duelo por el campeonato del US Open antes de sucumbir ante Daniil Medvedev.
Djokovic retomará el asalto a esa monumental tarea en Wimbledon. El torneo en el césped del All England Club arrancará el 3 de julio.
“Tiene un software programado en su cabeza que enciende cuando llega a un Grand Slam”, dijo su entrenador Goran Ivanisevic. “El día que llegó aquí, estaba mejor, más motivado y con más hambre. Cada día fue jugando mejor”.
Al comenzar la temporada de 2011, la tabla histórica de títulos de los Slams estaba así: 16 para Federer, nueve para Nadal y uno para Djokovic.
“Nada mal estos 12 años por mi parte”, dijo Djokovic sonriente.
El ascenso a la cumbre comenzó con tres títulos ese año y aceleró en tiempos recientes, ganando 11 de los últimos 20 Slams, una majestuosa racha que es más asombrosa al considerar que se perdió un par de grandes durante ese periodo, ya que no quiso vacunarse contra el COVID-19. Djokovic fue deportado de Australia en enero de 2021, justo en la víspera de la cita en el Melbourne Park, y tampoco pudo ingresar a Estados Unidos previo al US Open del año pasado debido a un protocolo sanitario que acaba de ser levantado.
Alcanzar los 23 no sólo fija un récord entre los hombres, sino que Djokovic también iguala a Serena Williams, quien se retiró el año pasado, en el cómputo de más títulos en la era abierta, que comenzó en 1968. Margaret Court ganó varios de sus 24 títulos, el récord de todos los tiempos, en la era amateur.
Veinte días después de cumplir 36 años, Djokovic se convirtió en el campeón más veterano en Roland Garros, considerado como el Slam más exigente en lo físico debido a los extenuantes peloteros que se requieran en la arcilla roja, una superficie más lenta que el césped y el cemento de los otros torneos.
Nadal conquistó su 22do grande en París el año pasado, dos días después de cumplir 36 años. El español ha estado sin jugar desde enero debido a una lesión en la cadera y se sometió a una cirugía artroscópica el 2 de junio.
Y como si eso no fuera suficiente, el triunfo de Djokovic el domingo también le catapulta de vuelta al número uno de los rankings de la ATP el lunes, desplazando a Carlos Alcaraz. Djokovic ya era el dueño del récord de más semanas como número uno — hombres y mujeres — desde que los rankings computarizados se estrenaron hace medio siglo atrás.
Djokovic amansó a Alcaraz en las semifinales el viernes, esencialmente sometiéndolo durante dos electrizantes. El físico del español de 20 años no resistió, sufriendo calambres. Alcaraz jugó hasta el final, pero los últimos dos sets del partido de cuatro sintetizaron lo ocurrido: 6-1, 6-1.
Esta fue la tercera final en los últimos cinco grandes para Ruud, un noruego de 24 años. Pero su marca es de 3-0. Perdió ante Nadal en Roland Garros el año pasado y luego contra Alcaraz en el US Open en septiembre.
Quizás por todo lo que estaba en juego, Djokovic, en la 34ta final de un Slam en su carrera, fue el que empezó titubeante.
“Cometió algunos errores al principio, tal vez sintiéndose un poco nervioso, un poco estresado”, comentó Ruud sobre su oponente.
Con Kylian Mbappé y Tom Brady entre los espectadores, el mejor Djokovic entró en escena en el tramo final del primer set. Se llevó 12 de los últimos 13 puntos del partidos, con la grada coreando las sílabas de su apodo: “¡No-le! ¡No-le! ¡No-le!”
“Estoy seguro de que aspirará a mucho más”, dijo Ruud. “Todavía no ha terminado”.