Redacción / Foto: AP
Doha, Qatar
El caos imperó por momentos el domingo, primer día en que los aficionados concurrieron para mirar un partido en una zona especial para ellos en el centro de Doha, donde decenas de miles de personas se apretujaron y empujaron contra los cordones policiales.
Los aficionados buscaron a toda costa entrar para ver el encuentro inaugural entre Qatar y Ecuador en el área resguardada donde, además de la pantalla hay lugares para comprar cerveza.
Policías con garrotes y escudos montaron guardia en la entrada. Algunos aficionados rogaban a la policía que los dejaran pasar.
Sólo unas cuantas mujeres embarazadas o personas discapacitadas pudieron ingresar por una entrada prioritaria, poco después de que había iniciado el partido inaugural de la Copa del Mundo, entre Qatar y Ecuador, disputado en Al Jor, otra ciudad qatarí.
“Es muy riesgoso. La gente podría morir”, advirtió Hatem el-Berrari, ciudadano iraquí que dijo laborar en Dubái. “Había ancianos y mujeres. No se puede manejar así a una multitud. Afortunadamente soy alto, así que podía respirar, pero vi a algunos niños que no podían. La gente pedía levantarlos”.
El-Berrari relató que había visto a mucha gente empujándose y a mujeres que lloraban.
“Mi familia está adentro. No puedo entrar ya para verlos, ni sé qué hacer”, comentó.
Luis Reyes, mexico-estadounidense que reside en Los Ángeles, comparó las aglomeraciones con las escenas que conmovieron al mundo hace apenas una semana durante una festividad en Corea del Sur, donde murieron más de 150 personas.
“No se podía avanzar ni retroceder”, explicó. “Le dije a mi hijo: ’¡Vámonos para fuera, esto está muy peligroso!”.
No estaba claro si hubo heridos o arrestados.
El despliegue de la policía antimotines ocurrió después de que se presentaron hechos similares el sábado por la noche, durante un concierto previo al Mundial. La gente trató entonces de ingresar a empujones en la zona de aficionados, localizada en el Parque Al Bidda, que se ubica sobre el paseo costero de Doha.