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Nueva York, Estados Unidos
Emma Raducanu llegó el mes pasado a Nueva York ubicada en el número 150 el escalafón mundial.
Sólo había aparecido una vez en torneos del Grand Slam y había reservado ya un vuelo para marcharse en cuanto terminaran las rondas preliminares del Abierto de Estados Unidos, en caso de que no se clasificara al certamen.
El sábado, en el estadio Arthur Ashe, abrazó el trofeo plateado, con el que completó un recorrido sorprendente —de hecho inédito— desde la fase clasificatoria hasta la obtención del título, al imponerse en la final 6-4, 6-3 sobre Leylah Fernández, quien habría escrito una historia igual de fascinante de haber ganado.
“El futuro del tenis es grandioso, por la gran cantidad de buenas tenistas que hay ahora en este deporte”, dijo Raducanu, quien amanecerá el lunes como 25ta del ranking. “Pienso que cada jugadora en el cuadro femenino tiene definitivamente la oportunidad de ganar cualquier torneo”.
Raducanu conquistó por primera vez un título del Grand Slam.
Ninguna tenista profesional desde 1968 había llegado a la final de un major tras disputar las preliminares de la ronda clasificatoria. La británica de 18 años lo logró y además ganó el trofeo.
Es la monarca más joven de un torneo del Grand Slam desde que la rusa Maria Sharapova se coronó en Wimbledon en 2004, a los 17 años.