Redacción
Melbourne, Australia
El director del Abierto de Australia espera que el primer major del año comience el lunes, tal como está previsto, pese a que los jugadores figuran entre cientos de personas que debieron aislarse de nuevo, a raíz de que un trabajador en el hotel de cuarentenas dio positivo de COVID-19.
“Confiamos absolutamente en que el Abierto de Australia sigue adelante”, dijo Craig Tiley a la prensa el jueves. “Estaremos comenzando el lunes y no tenemos intenciones de modificar los horarios”.
“La probabilidad es muy baja de tener algún tipo de problema”, añadió.
Mientras Tiley hablaba, el Melbourne Park lucía prácticamente vacío en el fondo. Todos los partidos en los seis torneos de preparación se pospusieron, a raíz de que el gobierno estatal anunció durante la noche que había nuevos casos de coronavirus relacionados con el certamen.
Tiley confió en que esos certámenes se reanuden el viernes y finalicen el domingo.
Las autoridades de salud informaron que 520 personas que volaron a Melbourne para el Abierto de Australia necesitaron aislarse en los lugares donde se alojan y tuvieron que someterse a pruebas.
Un centro especial era el encargado de realizar las pruebas. El jueves, se realizaron algunas prácticas a puerta cerrada, pero los jugadores en el lugar fueron pocos y realizaron actividades diseminadas en una sede que había albergado 89 partidos en 16 canchas durante la jornada previa.
El sorteo para el Abierto de Australia se ha pospuesto para el viernes, poco más de una semana después de que los jugadores comenzaron a abandonar su cuarentena inicial.
Los preparativos han sido intermitentes y caóticos. Los tenistas, sus comitivas y todas las personas que llegaron a Australia para participar en el certamen tuvieron que pasar 14 días en cuarentena dentro de un hotel.
De ellos, 72 jugadores debieron guardar un confinamiento más estricto, debido a que algunos pasajeros en sus vuelos fletados arrojaron resultados positivos de coronavirus. Ello implicaba que no podían abandonar en absoluto sus habitaciones, a diferencia de los demás jugadores, quienes pudieron salir durante cinco horas diarias para practicar.
Cualquier persona relacionada con el torneo y que haya quedado en cuarentena en el hotel Grand Hyatt de Melbourne se consideraba como sospechosa de haber tenido un contacto al menos casual con el empleado de 26 años que dio positivo. Todas esas personas se someterán a pruebas en una instalación especial.
Allen Cheng, subjefe de salud del estado de Victoria, dijo que las autoridades buscaban ser extremadamente cautelosas.
“Pensamos que el riesgo para otros huéspedes en el hotel, así como para los tenistas y sus comitivas, es relativamente bajo, porque estaban en las habitaciones, a diferencia del personal que estaba fuera de éstas”, dijo Chang en una conferencia de prensa. “Así que los estamos analizando para estar seguros. Esto es una precaución”.